En el mes de junio, el Orfeón interpretará dos conciertos con obras que encarnan la esperanza y la vida: el primero de ellos, en Toulouse, junto a la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse con Josep Pons y La vida breve de Falla en el programa; el otro se celebrará en el Auditorio Nacional de Madrid, con la Filarmónica de Berlín y la dirección de Simon Rattle, para ofrecer el Requiem de Fauré, considerado como un canto esperanzador al final de la vida.

La vida breve en Toulouse

Por segunda vez este año, el coro se desplazará a la ciudad de Toulouse para interpretar el día 22, en versión concierto, esta ópera o drama lírico que el compositor granadino creó en dos actos y que en la actualidad se representa en pocas ocasiones. El coro la grabó en 1965 para EMI con la Orquesta Nacional de España, bajo la dirección de Rafael Frühbeck de Burgos y Victoria de los Ángeles en el papel de Salud y el CD se reeditó en 1990. Ligada a la trayectoria del Orfeón -esta obra la ha representado e interpretado en 33 ocasiones- la cantó por última vez en la Expo de Lisboa de 1998, en la clausura del programa de actividades culturales organizadas por el pabellón español. Lo hizo con la ONE y bajo la dirección de Rafael Frühbeck de Burgos.

El día 22, Josep Pons será el encargado de coordinar a los músicos de la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse y a los orfeonistas en el Halle aux Grains, el auditorio creado en el antiguo mercado de cereales y actual sede la orquesta. Intervendrán como solistas la soprano Nancy Fabiola Herrera, las mezo-sopranos Marina Pardo y Ainhoa Zubillaga, el tenor José Ferrero, los barítonos Angel Odena y José Antonio López.

También intervendrá el guitarrista Juan Manuel Cañizares.

El director catalán ha dirigido al Orfeón en varias ocasiones. La primera de ellas en el Festival de Granada de 1997, una Novena de Beethoven junto a la Orquesta Ciudad de Granada; en Quince Musical de 2008, un Requiem de Brahms junto a la ONE y en 2012, dos conciertos en Lyon con la Orquesta Nacional de esa ciudad francesa, en los que se interpretaron el Requiem de Fauré y el Stabat Mater de Poulenc. Su formación musical iniciada en el prestigioso coro infantil Escolanía de Monserrat, le ha proporcionado una especial sensibilidad por la música sinfónico-coral, incrementada por su profundo estudio de la polifonía y la música contemporánea en Monserrat. En 1999 recibió el Premio Nacional de Música del Ministerio de Cultura en reconocimiento a su trabajo a favor de la música del siglo XX, así como por la calidad de sus interpretaciones. Ha colaborado, entre otras, con la Orquesta Nacional de Francia, Filarmónica de Rotterdam, Filarmónica de Tokyo, Sinfónica Nacional Danesa, Filarmónica Real de Estocolmo, Orquesta Nacional de Bélgica, Sinfónica de la BBC, Orquesta de París, Orquesta Gulbenkian, Orquesta Nacional de Lyon, Orquesta del Capitolio de Toulouse, Orquesta de la Suisse Romande y Sinfónica de Götteborg.

Con Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín

El día 29, el Orfeón compartirá el escenario del Auditorio Nacional con la Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Simón Rattle, para interpretar el Requiem de Fauré. Previamente, la orquesta en solitario abordará la Sinfonía nº 2 en do mayor de Schumann. El cuadro de solistas estará formado por la soprano Camila Tiling y el barítono Andrè Schuen.

El Requiem de Fauré, un canto esperanzador al final de la vida, que contempla la muerte como algo natural y reconfortante, forma parte del repertorio del Orfeón desde 1925 y lo ha interpretado en numerosas ocasiones. Una de las últimas, con la Orquesta Nacional de Lyon y Joseph Pons en 2012 en el Auditoio de Lyon.

El propio Fauré comentó de su obra más importante: “Se ha dicho que mi Requiem no expresa el miedo a la muerte y ha habido quien lo ha llamado un arrullo de la muerte. Pues bien, es que así es como veo yo la muerte, como una feliz liberación, una aspiración a una felicidad superior, antes que una penosa experiencia”.

El Orfeón ha protagonizado con la Filarmónica de Berlín doce conciertos históricos. Los dos últimos clausuraron el Festival de Música de Canarias de 2007, con el propio Rattle en la dirección y la Segunda Sinfonía de Mahler. Estas han sido las únicas actuaciones del Orfeón con Rattle al frente.

Otros conciertos con esta reputada orquesta han sido: la Segunda Sinfonía de Mahler con Abbado en el Auditorio Nacional de Madrid en 1997 y ese mismo año en Berlín, los Silvesterkonzert, conciertos de fin de año que la Filarmónica celebra en su sede. En 2001 cantó dos memorables Requiems de Verdi con Abbado en la dirección y con los coros profesionales de la Radio Sueca y el de Cámara Eric Ericson. Aquellos dos conciertos fueron grabados en un CD que fue nominado a los Grammy. También en 2001 el Orfeón volvió a Berlín con la Misa en Fa de Bruckner que fue interpretada en tres conciertos dirigidos por Daniel Barenboim.