Para clausurar el año Usandizaga, en el que se conmemora el centenario de la muerte del compositor donostiarra, el Orfeón y la Sinfónica de Musikene interpretarán, en versión concierto, su ópera más conocida, Las golondrinas, bajo la dirección de Jesús Echeverria. El cuadro de solistas estará compuesto por Elisa Díaz Prieto, soprano / Lina; Judit Martínez Fernández, mezzo-soprano / Cecilia; Xabier Anduaga, tenor / Juanito y Caballero; Gonzalo Manglano, tenor / Juanito y Caballero; Alberto Arrabal, barítono / Puck; Mikel Zabala, bajo / Roberto. Será el remate de una serie de homenajes que el mundo musical le ha rendido a lo largo del año. Las tres citas sinfónico-corales en las capitales vascas serán: el 27 en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz, el 28 en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia y el 30 en el Teatro Arriaga de Bilbao. Estos conciertos se inscriben en el convenio de colaboración firmado el año pasado entre el coro y Musikene.
Una ópera en tres actos
La intervención del coro en esta ópera es breve –al final de los actos primero, segundo y tercero–, pero desde sus primeras representaciones ha estado ligada al Orfeón
Escrita inicialmente como zarzuela, Las golondrinas se estrenó en el Teatro Price de Madrid el 5 de febrero de 1914 con gran éxito. A su regreso de la capital, el recibimiento que le dedicó la ciudad de San Sebastián (entonces tenía 50.00 habitantes) al joven Usandizaga, que todavía no había cumplido los 27 años, fue apoteósico. Acudieron 15.000 personas a la estación del Norte. En abril de ese mismo año se estrenó la obra en Donostia, en el Victoria Eugenia, con la Sinfónica de San Sebastián y el Orfeón. Tras la muerte del compositor, su hermano Ramón la convirtió en una ópera en tres actos con una duración de dos horas y media, versión que se estrenó en 1929 en el Teatro Gran Liceu de Barcelona y que es la que se podrá escuchar en las tres capitales vascas.
Además de las tres representaciones de 1934 con motivo de la Semana de Usandizaga, el Orfeón participó en la de 1954 que tuvo lugar en el Victoria Eugenia programada dentro de las Fiestas de San Sebastián, bajo la dirección de Ramón Usandizaga con la Orquesta del Conservatorio de San Sebastián.
Por su parte, el Orfeoi Txiki también ha interpretado Las golondrinas en versión concierto en la Quincena Musical de 2009, dirigida por Rubén Gimeno con la Orquesta Nacional de España y el coro de esta orquesta.
En 1955, el sello Columbia editó esta ópera interpretada por la Gran Orquesta Sinfónica, bajo la dirección de Ataúlfo Argenta, y el Coro de Cámara del Orfeón con los solistas Pilar Lorengar, Ana María Iriarte, Raimundo Torres, Carlos Munguía, Nicolás Aldanondo y A. Díaz Matos. Esta versión se reeditó en 1962 y en 1991.
Estrecha relación con Usandizaga
La muerte prematura de Usandizaga no impidió que dejara una profunda huella en el coro. Ya en 1907 el Orfeón incorporó a su repertorio una nueva partitura: “Rapsodia vasco francesa”, compuesta por un adolescente José María Usandizaga. Todavía el coro no había incorporado voces femeninas
En 1909 interpretó por primera vez su “Ave María” (los archivos no recogen dónde la cantó). En 1910 interpretó en el Palau de la Música de Barcelona “Eguntho batez” junto a otras obras de compositores vascos. Ese mismo año se estrenó en Bilbao su ópera “Mendi-Mendiyan”. Usandizaga tenía 23 años. Con este motivo, el Orfeón publicó una nota en la prensa donostiarra: “El Orfeón Donostiarra, que tiene la honra de contar entre sus socios al genial músico, ha tomado el acuerdo de acudir a la estación de Amara a recibirle, demostrando el cariño que todos los donostiarras sienten por el amigo y maestro”. Pocos días después se celebró un gran banquete en su honor con asistencia de más de 300 comensales, al fin del cual el coro de hombres del Orfeón cantó “Ormachulo”, “Eguntho batez” y el Ave María de “Mendi-Mendiyan”, todas ellas de Usandizaga, así como “Euskal salcha” de Esnaola.
En San Sebastián, el estreno de “Mendi-Mendiyan” tuvo lugar en 1911 y el Orfeón, que ya era un coro mixto, la interpretó por primera vez. Esta ópera fue interpretada en otras ocasiones: en 1920, ante la Sociedad de las Naciones (creada al finalizar la Primera Guerra Mundial con el fin de impedir nuevas catástrofes bélicas) que aquel año decidió celebrar una de sus reuniones en San Sebastián. Aquella versión fue dirigida por el maestro Saco del Valle en el Victoria Eugenia. Bajo la dirección de Ramón Usandizaga, el coro cantó esta ópera en el Victoria Eugenia (1935) con la Sinfónica de San Sebastián; en el Gran Liceo de Barcelona con la Orquesta Liceo (1945); en el Victoria Eugenia con la Orquesta Conservatorio de San Sebastián (1948), (1951), (1954), (1957) y en el teatro Gayarre de Pamplona con la misma orquesta (1949). Otros maestros también la han dirigido con la participación del Orfeón, como Pirfano en la clausura de Musikaste en 1974, Bello Portu en tres representaciones en 1980, Jorge Rubio en 1982, Remartínez en 1987 y Sainz Alfaro en 2003.
En 1913 la ciudad levantó en Alderdi Eder un monumento en recuerdo a la Guerra de la Independencia de 1813 que pocos años después fue derruido. En la ceremonia de su inauguración el Orfeón cantó el Himno del Centenario dirigido por su propio autor, José Maria Usandizaga.
Su última ópera, La llama, que quedó inconclusa, fue completada por su hermano Ramón en 1918. El Orfeón la interpretó en el Victoria Eugenia ese mismo año, en 1953 en el Victoria Eugenia bajo la dirección de Ramón Usandizaga y en 1958 con el mismo maestro y con la Orquesta del Conservatorio de San Sebastián.
Monumento en su honor
El 25 de septiembre de 1916 la ciudad inauguró un monumento en la Plaza Gipuzkoa, obra de escultor catalán José Limona, dedicado al compositor. En este acto, que estuvo presidido por los reyes don Alfonso y doña Victoria Eugenia, además de la reina madre doña María Cristina, autoridades municipales y religiosas. La Banda Municipal de Madrid, otras 23 procedentes de Gipuzkoa y el Orfeón, aportaron la música.
Del 25 al 30 de septiembre de 1934 el Orfeón organizó en el Victoria Eugenia la Semana de Usandizaga. Se representaron tres veces Las golondrinas y otras tres Mendi-Mendiyan con la Sinfónica de San Sebastián y la dirección de Ramón Usandizaga. El cartel lo anunciaba como “El mayor acontecimiento artístico del año”. Los solistas internacionales habían triunfado en la Scala de Milán, el Colón de Buenos Aires o el Madison Square Garden de Nueva York. Intervinieron el matrimonio formado por Fidela Campiña (soprano) y el tenor Jesús Aguirregaviria o James de Gaviria, como era conocido en Norteamérica, Carlo Morelli (barítono), Julio Victorio (bajo) y Carmen Andújar (mezzosoprano). Junto a estos divos actuaron los orfeonistas donostiarras Carmen Cabalero (mezzosoprano), Nicolás Aldanondo (bajo), Santiago Ramalle (tenor cómico) y José Lujambio (tenor). El decorado de Mendi-Mendiyan era “pintado exclusivamente para estas representaciones por el renombrado escenógrafo bilbaíno Sr. Garay” y el de Las golondrinas procedía de la Casa Ros de Madrid. La sastrería, “especial confeccionada para esta campaña”.
Un largo y musical adiós
El 5 de octubre de 1915 moría en San Sebastián el joven compositor. Se había refugiado en un caserío de Igantzi (Navarra) para componer su ópera La llama pero la tuberculosis que padecía desde hacía algún tiempo pudo más y no le permitió concluir la obra que tenía entre manos.
“El entierro de Joshe Mari constituyó una manifestación de duelo sin precedentes. Al paso del féretro se sucedían las escenas de dolor y cabe decir que todo el pueblo de San Sebastián participó en el triste cortejo, bien formando parte de la comitiva, o bien presencian do su paso desde las aceras de las calles por las que atravesó. Hubo momentos realmente conmovedores, como el que se produjo en el puente María Crisitina, al interpretar el Orfeón el patético “Ave María” de Joshe Mari, que la enorme multitud escuchó con un impresionante recogimiento religioso” (cita de Miguel Pelay Orozco de su libro “Música sembrada”, Orfeón Donostiarra, su historia-Bere kondaira”).
Otros momentos emocionantes del último adiós tuvieron lugar frente a su casa en la calle Garibay y en el funeral que se celebró el 6 de octubre a las 11 horas en Santa María. El Orfeón cantó la Misa de Requiem de Perossi y un Dies Irae armonizado por Esnaola.