El Orfeón clausurará el 23 Festival de Música de Canarias con dos conciertos junto a la Filarmónica de Berlín y bajo la dirección de Sir Simon Rattle. El día 27 interpretará la Sinfonía nº 2, "Resurrección", de Mahler en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria y el 2 de marzo, la misma obra en el Auditorio de Tenerife. En ambos conciertos actuarán como solistas la soprano Soile Isokoski y la contralto Bernarda Fink. Estas actuaciones representan para el coro todo un hito, ya que vuelve a cantar con la Sinfónica de Berlín y por primera vez lo hace bajo la batuta de Rattle, que asumió la dirección en 2002 en sustitución de Claudio Abbado. También para el público español será la primera oportunidad de escuchar a esta orquesta con Simon Rattle al frente, considerado como uno de los más carismáticos directores de la actualidad. Estos conciertos han despertado tal expectación que las entradas se agotaron desde hace dos meses y según fuentes del Festival, prometen ser para el archipiélago el acontecimiento musical de la década.
"La Filarmónica de Berlín es un símbolo, una de las señas de identidad de la cultura alemana", dijo en una ocasión su titular Claudio Abbado. Y añadió cuatro razones para explicar la buena forma en que es encuentra. "Una: que es una orquesta con enorme tradición, con un amor visceral por la música. Dos: sus instrumentistas hacen música de cámara durante todo el año. Tres: tienen un enorme entusiasmo por ir contra la rutina. Y cuatro: la orquesta está en un proceso de rejuvenecimiento constante, con lo beneficioso que es eso para la vitalidad de un colectivo".
Seis directores la han conducido a lo largo de sus 125 años de historia: Hans von Bülow (de 1887 a 1894), Arthur Nikisch (de 1895 a 1922), Wilhelm Furtwängler (de 1922 a 1954), Herbert von Karajan (de 1955 a 1989), Claudio Abbado (desde 1989 a 2202) y Simon Rattle desde 2002.
El Orfeón, que este año cumple 110 años de vida, ha protagonizado con esta reputada orquesta diez conciertos históricos desde 1973. En 1997, interpretó con Abbado la sinfonía nº 2 de Mahler en el Auditorio Nacional de Madrid y ese mismo año en Berlín, los Silvesterkonzert, conciertos de fin de año que la Filarmónica celebra en su sede. En 2001 interpretó dos memorables Requiems de Verdi con Abbado en la dirección y con los coros profesionales de la Radio Sueca y el de Cámara Eric Ericson. Aquellos dos conciertos fueron grabados en un CD que fue nominado a los Grammy. Por último, también en 2001 el Orfeón volvió a Berlín con la Misa en Fa de Bruckner que fue interpretada en tres conciertos dirigidos por Daniel Barenboim.